sábado, 5 de abril de 2014

Islas Canarias - Torriani

 
 
 

 Islas Canarias - Torriani



«Leonardo Turian, ingeniero, que con sutil ingenio y mucha arte escribe la descripción destas islas». Estas palabras del padre fray Alonso de Espinosa [(1594) 1980: 87], extraídas de su Historia de Nuestra Señora de Candelaria, hacen referencia a una de las fuentes etnohistóricas fundamentales para el conocimiento del pasado de Canarias: la Descripción e historia del reino de las Islas Canarias antes afortunadas, con el parecer de sus fortificaciones, redactada por el ingeniero cremonés Leonardo Torriani.

El autor
Tras servir al emperador Rodolfo II, Torriani fue invitado a la corte del rey Felipe II en calidad de ingeniero militar. Un año más tarde, en marzo de 1584, una cédula real lo nombró ingeniero del Rey en la isla de La Palma para que «llegado allá veáis y reconozcáis el dicho puerto della y el sitio eminente y el sitio que más cómodo y espacioso os pareciere que conviene, tracéis y fabriquéis el dicho muelle y torreón» (Rumeu de Armas 1948: 369-370). El cremonés permaneció en La Palma hasta 1586, pero poco después volvería a ser destinado a Canarias.
Fue en 1587 cuando emprendió su segundo viaje, esta vez con una misión más importante: visitar todas las fortificaciones del Archipiélago e informar sobre la mejor forma de completar su sistema defensivo. Durante más de un lustro Torriani visitó todas las islas, elaborando proyectos que en su gran mayoría no se realizarán y remitiendo periódicamente sus memoriales a la corte.
Al regresar a España se requerieron sus servicios en Orán, Cartagena y Berbería, para, finalmente, ser trasladado a Portugal, donde ostentaría el cargo de ingeniero mayor durante tres décadas.
La obra y sus fuentes
Finalizada su misión en el Archipiélago, Torriani recopiló sus informes con el objetivo de hacerlos llegar al Rey, hecho del que no se tiene constancia documental. Sea como fuere, el ingeniero guardó consigo una copia manuscrita que, tras su muerte y la de su hijo, quedó en posesión del convento de São Bento de Coimbra, de donde más tarde pasó a la Biblioteca de la Universidad de Coimbra, lugar en el que se encuentra en la actualidad.
En su Descripción, Torriani dedica apartados monográficos a cada una de nuestras islas. Como observa Cioranescu (1978: XXVIII-XXX), el ingeniero sustenta su discurso en tres pilares. Primero, procede a la descripción de la isla basándose en observaciones personales, y cálculos y mediciones originales. Luego, dedica buena parte de su obra a plasmar los resultados obtenidos tras los estudios realizados durante su misión, que no era otra que la de analizar el sistema defensivo de las Islas. Y, por último, aunque para nosotros sea lo más importante, encontramos las digresiones históricas que Torriani introduce con el único objetivo de amenizar el texto.
Las descripciones de las islas y sus fortificaciones tienen su origen documental en las observaciones del propio Torriani. No obstante, todo parece indicar que, para las anotaciones de índole histórico y etnográfico, el ingeniero siguió una fuente concreta. Las similitudes entre el texto de Torriani y los de Abreu Galindo y Espinosa hacen pensar en una más que probable fuente común, escrita en Canarias sobre 1560. Nos referimos a la desaparecida historia del doctor Troya o Fiesco (o cualquiera que fuese en realidad).
Su importancia
Junto a una excelente colección de grabados, planos y descripciones geográficas, el ingeniero lombardo recava, además de noticias concretas acerca de esos años iniciales de la colonización europea de las Islas, un material etnohistórico que merece siempre atención. Es cierto que sus informes no proceden tanto de la tradición oral como de algunas fuentes escritas que circulaban en los ámbitos intelectuales isleños, pero esto no desmerece en absoluto el trabajo de síntesis que realiza. Gracias a sus lecturas, ahora disponemos de un elemento más para comparar los contenidos sociohistóricos que transmiten las diversas fuentes coloniales y, cómo no, observar mejor la acomodación lingüística que efectúan de las voces insulares (con errores incluidos, que a menudo se producían en un rango ortográfico y fonológico determinado).
Con todo, fruto de las copias que lleva a cabo o de los datos que obtiene por su cuenta durante su estancia en las Islas, Torriani desliza, como algunos otros autores, datos de apariencia verídica pero que no figuran en ninguna otra fuente. Quizá no los contextualice de forma precisa, pero, como en el caso de la fabricación de barcos de drago y las prácticas náuticas [Torriani 1590, XXXVI], aborda aspectos muy atrayentes. Nada comparable, sin embargo, con las famosas y preciosas endechas que anota [Torriani 1590, LIX] para las islas de Gran Canaria y El Hierro, ejemplos de una cultura que empezaba a ser de transición, pero que exhiben también una riqueza etnolingüística genuinamente insular.
Las ediciones
La obra del cremonés era conocida por sus contemporáneos, pero permaneció en paradero desconocido hasta el siglo XIX, cuando las fuentes adquieren una mayor importancia dentro de la metodología utilizada en los estudios históricos. La primera edición de la Descripción, llevada a cabo por el investigador austriaco Dominik Josef Wölfel, no vió la luz hasta 1940. El texto –incompleto, en italiano y traducido al alemán– no gozaría de la difusión adecuada por haber sido publicado en tiempo de guerra. La primera edición completa de la obra en castellano se publicó en 1978, a cargo del profesor Alejandro Cioranescu.

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